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Mnemosyne

 

              Hace un tiempo charlaba con un amigo acerca de la memoria, decíamos que eso era lo único que nos daba alguna certeza de estar vivos. Día tras día sumamos recuerdos. Pensábamos con horror en el alzahimer -o como sea que se escriba- y en esas personas que no tienen memoria a corto plazo. Personas que mueren cada cinco minutos. Lo terrible es que esas personas saben que todo lo que hagan será olvidado en poco tiempo y viven sabiendo que lo único que queda como prueba de que algo realmente sucedió (una sensación, un olor, el sabor de una magdalena) habrá desaparecido.

 

*

La princesa está triste.. ¿Qué tendrá la princesa?
Los suspiros se escapan de su boca de fresa,
que ha perdido la risa, que ha perdido el color.

*

Mi barba tiene tres pelos.

Tres pelos tiene mi barba.

Si no tuviera tres pelos ya no sería mi barba.

*

            El chiste de los tres cojos (’se verá’, ’pues ya se ha visto’ y ’tó pá mí’). Piano, piano se va lontano. La puerta del garaje que no se abre y el coche que no frena. La vuelta de campana con F., antes de esa nariz. Los demasiados libros. Las cosas de Palacio van despacio. Es evidente. La más guapa de España y parte del extranjero. Tita. Nita. Yo siempre he sido muy vaga pero ahora me doy cuenta de lo listísima. Rojo ubicuo. De pequeña me acuerdo que nos cortaron el pelo al cero, fin de los piojos. No nos avisaron y luego. El novio con estancia en Madrid. María y Rebequina. Tiene estilo según la francesa. La espalda, el estómago. Qué cabrones. Esos lamines. Quién se va a enterar. Ava Gardner en el salón, entrando a la derecha. Cuando volví al colegio no sabían hacer ni un dictado, ni un dictado. Pobrín. Qué te veré que no tendré. El cuento de nunca acabar. Efectivamente. La cosa es así.

 

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