R. M. Rilke
Un fantasma es aún como un lugar
en el que tu mirada topa
[haciendo un sonido;
pero allí, en esa piel negra,
tu más negra mirada se diluye:
como cuando alguien furioso,
[en su mayor
frenesí patalea lo obscuro,
y bruscamente en el oportuno
[acolchado
de una celda termina y se extingue.
Todas las miradas, que nunca le
[alcanzaron,
parece ocultarlas en sí,
para de ese modo, amenazador y
[malhumorado,
desde ellas observar y así, dormir.
Pero por una vez vuelve, como
[despertado,
su cara completamente hacia la
[tuya:
y allí te reencuentras tú con tu
[mirada
en el ámbar de sus redondos ojos:
encerrada
como un insecto extinguido.
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