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Frans de Waal

 

 

       Imagínense una situación en la que uno de los machos adultos realiza una exhibición de fuerza contra uno de sus rivales. Parece que está muy inflado porque tiene el pelo erizado, balancea la parte superior de su cuerpo de lado a lado y tiene una piedra en la mano. Los observadores inexpertos quizá no vean la piedra porque estarán demasiado fascinados por el llamativo aspecto de este alarde de fuerza. Puede incluso que estén tan impresionados que tampoco vean la maniobra que, al tiempo que ocurre todo esto, realiza una de las hembras adultas. Esta hembra se acerca andando tranquilamente hacia el macho que lleva a cabo la exhibición de fuerza, le afloja los dedos de la mano que sujetan la piedra, la coge y se marcha andando con ella. (...) Lo llamamos conducta de confiscamiento.

 

P.d. Album

 

1 comentario

Frans de Waal -


No obstante, Puist no es precisamente indiferente al sexo. En primer lugar, se masturba. Aunque las conductas destinadas a causar placer a uno mismo son un fenómeno conocido y frecuente entre los simios en cautividad, en nuestro grupo Puist es la única que tiene ese hábito, y lo curioso es que sólo realiza esta conducta cuando no está en el "período rosa". Durante aproximadamente un minuto, realiza movimientos rápidos con el dedo índice a lo largo de la vulva. Mirando su cara no podemos estar seguros de lo que siente, pero cabe suponer que sea algo agradable ya que, si no, ¿por qué iba a hacerlo?

En segundo lugar, de vez en cuando muestra algunas conductas de tipo lésbico. Cuando otra hembra adulta está con la hinchazón sexual, puede que Puist la invite a tener relaciones sexuales con ella. Algunas veces la hembra acepta y entonces Puist la monta durante un corto período de tiempo, empujándola de la misma manera que los machos.