Joaquín Guimbau
Ni tú sostienes lo que dices, al menos no hasta las últimas consecuencias. El Hombre, dices, es un ser biológico esencialmente igual a cualquier otro animal, es el resultado de la Evolución y el producto de una combinación de genes. Si así fuera, en pura teoría un superordenador- que contuviera los datos de todos los genes de un sujeto concreto y de las interrelaciones que existen entre ellos y de sus miles de posibilidades de expresión fenotípica- que además valorara cualquier agente ambiental capaz de de interferir sobre los genes, en pura teoría, te decía, te digo, la supermáquina podría predecir la conducta de ese hombre en cada una de las situaciones concretas en que se viera envuelto. Podría decir por ejemplo, serás nacionalista y pederasta o padecerás depresión mayor y te suicidarás si no encuentras un psiquiatra que te recete neurolépticos o serás infiel a tu mujer porque tu Naturaleza excluye la monogamia. Serás todo eso o parte de eso independientemente de tu voluntad o de la teoría que construyas para justificar tus actos. En último término no difieres de otros seres vivos, ni siquiera de los seres no vivos, eres un cúmulo de moléculas y tus posibilidades de acción y reacción son muy numerosas, casi infinitas pero absolutamente predecibles. En resumen tú y tus teorías sois producto de tu frágil cerebro y estas aquí defendiéndolas como defenderías lo contrario si alguna otra molécula se hubiera añadido a la coctelera donde se gestó tu cerebro ya gastado.
¿Cómo puedes creer algo semejante y no deprimirte profundamente?
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