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Biografía literaria

 

 


         Había cumplido su propósito, había recorrido a nado el condado, pero estaba tan aturdido por el agotamiento que no veía claro su propio triunfo. Encorvado, aferrándose a los pilares del portón en busca de apoyo, subió por el sendero de su propia casa. [...] La casa estaba cerrada con llave, y él pensó que la estúpida cocinera o la estúpida criada seguramente habían cerrado todo, hasta que recordó que hacía un tiempo que no empleaban ni criada ni cocinera. Gritó, golpeó la puerta, trató de forzarla con el hombro y después, mirando por las ventanas, vio que el lugar estaba vacío.


*


–¿Podrías decirme, por favor, qué camino he de tomar para salir de aquí?
–Depende mucho del punto donde quieras ir –contestó el Gato.
–Me da casi igual dónde –dijo Alicia.
–Entonces no importa qué camino sigas –dijo el Gato.

 

 

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