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La ejemplaridad pública

 

 

       En los comentarios anteriores hay varios magistrados que aún reconociendo la necesidad de la reforma de la Justicia, estiman que ni por ellos mismos como cuerpo, ni por los políticos, ni por la sociedad, se podría conseguir nada, porque la situación es inamovible. No puedo participar de esta sensación tan negativa. En “Ejemplaridad Pública”, el citado libro de mi hermano Javier, aparte del capítulo dedicado a los políticos, hay otro dedicado a los funcionarios, en especial aquellos, como los jueces, tienen un mayor nivel, a los que se les exige ser un ejemplo público-privado que ejerza su autoridad y disfrute de prestigio y confianza, pero entendido esto no como un hecho consumado, sino como una misión que ha de cumplirse. De estos funcionarios públicos se espera no únicamente la estricta observancia de la ley positiva sino la práctica de valores como la imparcialidad, la independencia, la equidad, la lealtad, la anteposición del interés general al propio o la probidad del servicio público. 
 

       Hay multitud de problemas en la sociedad, pero hay alguno que nos interpela con más intensidad en un momento dado, por muchas circunstancias, muchas veces casuales, mientras que a otros lo hace en menor intensidad. La calidad sanitaria es asunto de todos pero qué duda cabe que los médicos tienen mucho que decir y que exigir, son interpelados con más intensidad en la consecución de este objetivo. Si a partir de ahora surgiera cualquier tipo de iniciativa tendente a la reforma de la justicia, como se está hablando en este blog, serán los jueces los primeros interpelados individualmente a adoptar una posición, a ser un ejemplo para los demás, a “hacer lo que hay que hacer”. Y si la posición en la sociedad es alta, como es el caso, el deber ético y de ejemplaridad es mayor, pues mayor es su influencia. No se trata por tanto solamente de obtener resultados a corto plazo y desanimarse si se cree imposible ese objetivo, sino de actuar éticamente, y con esa actuación crear costumbres éticas que, en la red de influencias mutuas que formamos todas las personas, expanda su influencia positiva como contrapeso a los otros ejemplos negativos. Hacer algo para mejorar la calidad de la justicia o apoyar lo que hacen los demás es, en sí mismo, ejemplar. Y tiene mucho valor.

 

Fernando Gomá.

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