Marina Tsvetaeva
Quizás la mejor victoria sea
sobre el tiempo y la atracción,
pasar sin dejar huellas,
pasar sin dejar sombra
en las paredes...
¿Quizás renunciando
vencer? ¿Quién del espejo se borra?
Así como Lermontov en el Cáucaso
colarse sin inquietud en las rocas.
¿Es quizás la mejor diversión
con los dedos de Sebastián Bach
del órgano provocar el son?
Despedazarse sin dejar
cenizas para la urna...
¿Quizás por engaño
vencer? ¿De toda latitud darse de alta?
Así en el tiempo tal océano
colarse sin inquietar las aguas...
Escribía a Rilke, quien elogió en francés a las rosas cavando su epitafio:
Rose, oh reiner Widerspruch, Lust, Niemandes Schlaf zu sein unter soviel Lidern.
Rosa, oh contradicción pura, placer, sueño de nadie bajo tantos párpados.
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