Detrás del corazón
hay un músico sordo
que golpea un tambor
roto; mira a los animales
atravesar de un salto
el aro de nuestra voz.
Es otra tierra, el aire,
llena de madrigueras:
los animales entran
y salen por las puertas
de nuestra voz. En nuestra voz se arrojan
en clavado los pájaros acuáticos.
hay un músico sordo
que golpea un tambor
roto; mira a los animales
atravesar de un salto
el aro de nuestra voz.
Es otra tierra, el aire,
llena de madrigueras:
los animales entran
y salen por las puertas
de nuestra voz. En nuestra voz se arrojan
en clavado los pájaros acuáticos.
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